27 de noviembre de 2006

La otra bella durmiente

Había una vez una joven princesa que a causa del maleficio de una bruja envidiosa, estuvo durmiendo en el bosque durante casi cien años.

Al término del siglo, un príncipe apuesto que paseaba por el frondoso bosque a lomos de su caballo, vio el castillo donde habitaba la muchacha. El soberano que era muy curioso, al ver el portón abierto entró y recorrió todas los aposentos de la fortaleza. En una de las habitaciones, encontró a la bella princesa que dormía completamente desnuda sobre un camastro de hierro forjado, arropada con una sábana roja de seda.

La joven era hermosísima: La piel blanca y tersa, como es propio en las princesas, melena negra y lisa, cara reluciente de gesto tierno, pechos redondos, menudos y firmes, vientre liso, vello púbico rizado y abundante, piernas estilizadas y un delicioso olor a heno fresco...

El príncipe, sorprendido, se quedó largo rato observándola. Cuando por fin reaccionó le susurró al oído : "¡Despertad! ¡Despertad bella durmiente !", pero la princesa no se inmutó. Inquietado, se acercó un poco más a la muchacha, le tomó la mano y delicadamente la besó... no reacciono. Entonces decidió besarle la boca.

Al sentir la barba del príncipe en la mejilla y una lengua fresca dentro de su boca, empezó a desperezarse. El chico retrocedió asustado.
Por fin abrió los ojos y ante ella unos enormes ojos azules la miraban como si de un fantasma se tratara.

La princesa incorporándose en la cama miraba curiosa al apuesto príncipe. De repente sintió un hormigueo entre las piernas. Hizo una señal para que el muchacho se acercara. Tímidamente se aproximó. Ella le cogió la mano y se la llevo entre sus piernas haciéndole tocar su sexo para que percibiera la humedad que emergía.

- Acaríciame, le musitó ella, hace mucho tiempo que os esperaba en mis sueños ..

El príncipe aturdido, dejó paralizada la mano en la parte más íntima de la princesa. Ella le besó tiernamente en la boca y le acarició el pelo. Él se fue relajando y como por inercia acarició torpemente los pechos de la chica, mientras ella le guiaba la otra mano.

A los cinco minutos, tal vez por un exceso de excitación o por falta de experiencia, el príncipe había consumado su episodio amoroso.
Por mucho que ella puso de su parte fue imposible recuperar la erección y ante la falta de creatividad e imaginación de ambos, el acto finalizó en un rotundo fracaso.

Fatigado se quedó dormido y la princesa, hastía de pernoctar y decepcionada de su amante, se visitó con la ropa del infante, cogió su caballo y se marcho en busca de un trabajo y una vivienda digna, que ante la inminente llegada de la republica, la monarquía no pintaba rentable.

Toda la población le abucheó y desaprobó. La desterraron de la aldea por no casarse con el príncipe y la acusaron de "calienta braguetas" y subversiva por haber manipulado el cuento.

La princesa hizo oídos sordos y se fue a la capital a buscar la felicidad.
Quién sabe si un buen día encontró a su auténtico príncipe azul o a su princesa rosa fueron felices y comieron perdices

..

MORALEJA:

.

Aguardar un tiempo para hallar la pareja ideal,
acomodada, apuesta y cariñosa
puede parecer normal,
pero aguardarla cien años en calidad de durmiente,
¡ hay que ser una persona muy paciente !


Si después de la espera el consorte no conviene
porque es un inepto o un lerdo en el amor,
Mejor salir corriendo y entregar a otro tu pasión
Que las fábulas están muy cambiadas,
Y ni los príncipes son tan heroicos
Ni las princesas tan dóciles ni delicadas.


Aunque el pueblo monte en cólera y critiquen
ha llegado el día que las princesas también deciden,
Si no conviene o no hay entendimiento
Ellas no tienen miedo de cambiar el cuento.

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Cony com ha canviat el conte ¡¡¡
mola + així.

1:03 p. m.  

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