24 de enero de 2007

La pata del banco

A menudo me siento en ese banco del parque que está cubierto casi en su totalidad por árboles y arbustos. Desde allí, oculta de las miradas de los vagabundos ambulantes, de los niños entretenidos con los columpios, de las madres entretenidas en controlarlos, de los abuelos pacientes sentados al sol, de los trabajadores que corren con el billete del metro en la boca, de las parejas que ansiosos se besan, de los músicos que repiten hasta el empacho los mismos temas, de los malabaristas con los mismos pantalones de rayas cada vez más sucios... desde allí observo el mundo como si de un calidoscopio se tratara. Unos días disfruto con lo que veo, otros me entristece el espectáculo que no requiere de mi actuación.
Lo malo es que de tanto en tanto algún perro despistado se orina en mi pierna confundiéndola con la pata del banco.

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2 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Pues fíjate que no te "veo" yo como simple espectadora de la vida que pasa a tu alrededor...

11:22 p. m.  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Pues a veces sienta tan bien ser simple espectadora ¡¡¡¡ creo que es un ejercicio que tendríamos que hacer por lo menos una vez al año. ;)

10:06 a. m.  

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