El camino sin asfaltar

Esta mañana me ha dado por mirar la ventana... fijo mi vista al paisaje cotidiano y descubro una imagen nueva. Dos coches desconocidos llegan sigilosos adentrándose al solitario camino sin asfaltar. A la altura del pinar detienen la marcha.
Del primer automóvil baja un señor de mediana edad y abre la puerta del segundo de donde sale una chica de unos treinta y tantos... Inmediatamente se funden en un abrazo que da paso a una pasarela de besos apresurados, torpes, casi violentos ... después los besos empiezan a ser más calmosos, mas suaves y más dulces ... se acarician el pelo, la cara, la boca... sin dejar de besarse... dibujan sus manos y vuelven a fundirse en un largo abrazo.
Casi sin mediar palabra, vuelve cada uno a su coche y con una sonrisa pícara se despiden dando besos al aire.
Salen del camino solitario sin asfaltar para incorporarse nuevamente a la carretera con señales y normas que respetar. Los amantes se pierden entre el tráfico.